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¿Qué hacer si me da un ataque de ansiedad en un avión?



A lo largo de los más de 20 años que llevamos acompañando a personas con miedo a volar en avión. Hemos podido observar que existen tantas formas de tener miedo, como personas existen. Aunque todos acuden a nuestro curso bajo el denominador común de pasarlo realmente mal sólo con pensar en coger un vuelo, cada persona es un mundo. Y cada una de ellas tiene una forma única e irrepetible de experimentar el miedo. Unas presentan más síntomas físicos, otras más bien cognitivos (esa cabeza que no para de pensar e imaginar todos los “y si…” posibles), otras están más irritables durante esos días y otras (las que nosotros llamamos “yo me lo guiso, yo me lo como”) se muestran… bueno no se muestran, la “procesión” va por dentro.


Pero si algo han aprendido todas ellas, es que la #ansiedad es un síntoma que nos hace sufrir muchísimo, más de lo que nadie que no la haya padecido se imagina. Y que en el intento de ayudarnos, muchas veces, nos “ponen peor” porque se activa más todavía nuestro estado de alerta, nuestra rabia o nuestra impotencia. Por eso, tanto para los tripulantes de cabina, pilotos, sufridores acompañantes de #aerofóbicos, o los propios protagonistas de este miedo, queremos daros algunas pistas de qué hacer y qué no hacer cuando estemos en un avión con ansiedad, y no nos podamos bajar (o sea siempre).



QUÉ NO HACER


  • Muchas personas piensan que si no duermen la noche anterior, “caerán” rendidos en el avión y dormirán, como forma de evitar ser conscientes de que van en un vuelo. ERROR. Cuando más cansados vayamos, más fácilmente nos saldrá la ansiedad, por el propio cansancio, y además, como la alerta seguirá a tope, no nos podremos dormir por lo que iremos agotados, y con ansiedad.

  • Si acompañas como viajero a alguien con miedo a volar, no le digas frases del tipo “no pasa nada, tranquilízate que es el medio de transporte más seguro” etc. Ellas ya lo saben, con la parte del cerebro racional, pero su lado irracional sigue pensando en modo “alerta, este es mi último vuelo”, por lo que tu intento de tranquilizarla sólo la pondrá más nerviosa.

  • Ingesta de alcohol: otro error muy frecuente, es tomarse una copa o dos… o más, de alcohol, pensando que así “me anestesio” un poco y al sentir y notar menos las #emociones, lo podré afrontar mejor. Ni que decir tiene que esta conducta es peligrosa y puede generar una adicción al alcohol.

  • Muchas veces, nos contáis que lleváis infusiones, Flores de Bach, o melatonina, para tratar de relajaros o de inducir el sueño y poder “aguantar la ansiedad”. No nos vamos a poner técnicos ahora, pero a grandes rasgos sí conviene que sepáis que existen diferentes tipos de psicofármacos:

    • Inductores del sueño: tratan de “provocarnos el sueño”.

    • Ansiolíticos: “bajan” la ansiedad.

    • Relajantes musculares: actúan directamente reduciendo la tensión muscular.

  • En fin, como veis existen muchas medicinas diferentes, en función de lo que necesite cada persona, por eso es imprescindible acudir al médico para contarle los síntomas que tenemos y que nos recete la medicación más adecuada para nuestras necesidades.

  • Amuletos: no es que estemos en contra de los amuletos, tan solo queremos expresar que el “ir vestidos con una determinada ropa”, o con una persona o solos, no influye de ninguna manera en la seguridad del vuelo. Y sin embargo, sí nos resta libertad. Por lo que tampoco lo recomendamos.

  • Leer: no trates de leer para distraerte, es imposible. Como tu cerebro está concentrado en supervisar y en estado de concentración máxima (de alerta), no vas a poder concentrarte en leer un periódico, ni en trabajar, con lo cual te vas a desgastar todavía más.

  • Relajarte: lo mismo que anteriormente, por muchos podcast que lleves, o respiraciones abdominales, si el cerebro cree que está en peligro (lo cree, eso no significa que lo esté), es imposible relajarse.

QUÉ SÍ HACER


  • Si tienes ansiedad, sea en la forma que sea, trata de expresarla. Muchas veces sólo por poder contar a alguien cómo estás pasándolo te ayuda a relativizar los propios síntomas y “descargas” tensión al llorar o al verbalizar emociones.

  • Si eres acompañante de alguien con miedo, o tripulante de cabina, igual, anima a la persona a que te cuente las sensaciones y emociones y trata de escucharle sin juzgar.

  • Dormir bien la noche anterior es fundamental para poder ir lo más descansado posible al vuelo.

  • Comer y beber adecuadamente (para estar bien hidratados) aunque tengas que ir al baño (en el avión hay baño aunque no lo hayas visto nunca).

  • Tratar de entender qué te está pasando, algo así como desarrollar un lenguaje interno que te permita consolarte y acompañarte en este momento de tanto sufrimiento, en lugar de criticarte por ser “tan …” Y comprender que tu cerebro funciona bien, te trata de proteger, pero está equivocado y cree que existe un gran peligro, donde hay seguridad y protocolos muy exigentes para que todo vaya fenomenal.

  • Intenta comprender que todos los síntomas, físicos o psicológicos (si es que se puede hacer esta distinción), son originados por tu #miedo, que no pasa nada por tener ansiedad, salvo que es incomodísimaaaa y que lo que necesitas no es un médico, ni una copa de alcohol, ni salir corriendo, sino alguien que te enseñe a ordenar tu imaginación (que es mucha) y tu necesidad excesiva de control. Trata de aceptar la ansiedad, como cuando eras niño y estabas asustado, en lugar de “pelearte” con ella.


Y eso sí, pide ayuda, ponte en manos de un profesional de la #saludmental, que te puede ayudar a entender todo lo que te está pasando y, sobre todo, a cambiar varias de las creencias y conductas, vas a vivir mucho más tranquilo, libre y recuperar la sensación de que eres capaz (que lo eres). Sabemos que el trabajo que tienes por delante es intenso, requiere valentía para afrontar en lugar de huir (o disimular), pero merece la pena.


Luisa del Campo

CEO Vive Tu Vida Psicología

Psicóloga Col. Nº M-16121

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